martes, 12 de abril de 2011

SIN PRISAS












Soy y me siento viejo,
No porque me lo digan los espejos,
Sino por la sospecha
De que siempre lo fui.
Ahora lo acepto.

Como mi única amante,
-La de siempre-,
No repara en edades ni cansancios,
Puedo seguir fingiendo
La juventud de antaño,
Pero es el corazón
Y no los años, el que dicta la edad.

Para entendernos:
Las ilusiones rotas, las promesas
Que jamás se cumplieron,
El fracaso,
El “puede ser” cuando no será nunca,
Los “para siempre”,
Y “más que a nadie” en vano,
Nos arrugan el alma tan temprano,
Nos empobrecen tanto la sonrisa,
Que, para qué engañarse,
Uno está viejo,
Y apetece morirse,
aunque… sin prisas.

1 comentario:

  1. Y el corazón, seguirá dando batallas por que no está viejo. Y seguirá por que sin prisas hay un gran recogimiento. Muy bello, Tomás.

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