miércoles, 23 de noviembre de 2011

GRACIAS POR SER Y ESTAR














Ahora que afuera y dentro llueve.
Que resbalan las gotas por mi piel y el cristal.
Cuando ya no hay excusas para seguir fingiendo,
Y el alma, adormecida, apenas si me duele.
Te ofrezco lo que soy, lo que me queda,
Lo que seré mañana, si es que aún vivo.
Yo no te pido nada, ni pretendo milagros.
Me basta con saber que eres y estás,  
Por conjugar los verbos que más amo
Siempre en presente y en indicativo.
   

AMAR, SIEMPRE AMAR



Tal como viene se va,
El amor, lejos del nido.
Y lo mismo que se ha ido,
sueña siempre regresar,
A lo que tanto ha querido
Y no consigue olvidar.  
Si sufres al recordar,
Es prueba de que has vivido.
Ama y no dejes de amar
y aunque todo esté perdido,
Mejor sufrir que lavar
Con mentiras los sentidos.



viernes, 11 de noviembre de 2011

VERDAD


Por más que vivas mujer,
ya ninguno te verá como te vieron mis ojos; 
así, no te podrán ver.


jueves, 10 de noviembre de 2011

MAÑANA DE INVIERNO










Los sentimientos crecen como crecen los ríos.
Licuados se desbordan en ardientes cascadas,
Purificando el alma, los ojos, la conciencia.
Luminoso galope de potros desbocados
Que pueblan de latidos los páramos del pecho,
Para quienes los sienten no todo está perdido.
Sus doradas semillas vuelan en la mirada
Y germinan de nuevo en resecos barbechos,
Alegrando a los tristes, reviviendo a los muertos,
Desbrozando el camino, decorando las noches
Con sutiles brocados de esperanzas y ensueños.
Afuera está la lluvia, esa sangre incolora
De seres celestiales heridos por el viento.
Apetece quedarse sentado en la memoria,
Y apurar, sorbo a sorbo, sin prisa ni mesura,
El licor que rezuman los frutos del pasado

martes, 8 de noviembre de 2011

Y POCO MÄS











Morir, difuminarse, irse
por el fatal desagüe de la vida,
y después… ¡quién sabe qué hay después!
Apenas queda tiempo de amar,
Y en ocasiones, si hay suerte, ser amados.
Son tantos los fracasos, los duelos, las heridas,
La soledad, el silencio, las ilusiones rotas,
Entremezclando siempre comienzos y finales,
Y en un fugaz esbozo, por cierre y despedida,
Para justificarnos, con las manos vacías,
Ese último consuelo de afirmar ante todos,
Que no se sufrió en vano y que creemos,
En el amor, igual que en tantas otras
Nobles causas perdidas.