No es triste mi tristeza,
Desde niño la llevo en la mirada
Como la única herencia de mi madre.
Tiene el sereno brillo de esa lágrima
Que sólo se derrama en el instante
En que el alma se aleja hacia otra vida.
No empaña la alegría, no es amarga,
No es oscura ni fría, no es huraña;
Tiene el color del mundo de mi infancia.
No es triste mi tristeza.
Ni me deja ni la quiero dejar,
Somos lo mismo.
El tiempo nos hermana,
Nos funde en su crisol.
Esta que ahora
En el fugaz presente, me acompaña,
Será mi irrenunciable sudario de mañana