domingo, 10 de abril de 2011

A SOLEDAD


                             



















                                  
Para ti, mamá.


Sentada en un rincón
Como una estatua
de agrietado mármol.
Sola,
Como su nombre,
Como la soledad.
Miraba
A través de sus gafas,
De las paredes,
De nosotros,
Sin detener la vista
En parte alguna,
Buscando siempre
El fondo de las cosas.
Era menuda y frágil
Como el sueño de un viejo.
Quizá por no romperse
En el esfuerzo,
Un día dejó de hablar,
Sin que a nadie extrañara
Su silencio.
A veces sonreía,
Pero nos sonreía desde tan lejos,
Que la sonrisa
Llegaba fría a sus labios,
Se congelaba en ellos,
Y seguía sonriendo,
Hora tras hora.
Una buena mañana
No quiso despertarse,
Se acomodó en un sueño,
Y renunció a la vida
mientras que los doctores
y la muerte
la buscaban en vano
en un cuerpo vacío. 




5 comentarios:

  1. En la mirada tuya de amor filial, y en los misterios que alcanzabas a leer en su alma

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  2. Mi estimado amigo:muy conmovedor,con un grande sentido estético,tan bello cuanto el contenido.Me hizo recordar a mi abuela paterna,siempre silenciosa!Escribí un poema para ella que voy a mandarte.No sé si las mujeres de esa generación cuando tenían algún sufrimiento interno,se aislaban en la mudez...Precioso y reverente!Un abrazo y gracias por este poema tan bello

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  3. Hola Tomás,te acompaño en tú tristesa Amigo. buena noche ,Cariños

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  4. Unas letras, versos que salen del alma a la madre, la señora que dio vida a los versos de tu ser, qué bendita sensación ser hijo de una mujer sensible, hermosa y de una sonrisa hasta el final....Bendiciones a ella y para ti un abrazo desde mi corazón de aprendiz a poeta, soy Suyai, una lágrima vertida en la fuente de la melancolía.

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