viernes, 28 de julio de 2017

EL PÁJARO DE FUEGO

Rotas sus alas, el pájaro de fuego
incapaz de volar yace en el suelo.
No brilla su plumaje como antaño,
su mirada se apaga: ¿a quién le importa
que muera de hambre y sed?
Lloran las rosas en su rosal al verlo
agonizar como a un ángel caído.
Yace en el polvo y antes iluminaba el cielo.
Todos pasan de largo, nadie lo reconoce:
Muchos de los viandantes se burlan, lo apedrean.
Pero no muere ahí fuera, se nos muere en nosotros,  
y nuestras ilusiones perecerán con él.