domingo, 10 de abril de 2011

LOS LIBROS













Están ahí, ellos tampoco duermen.
Son los de siempre,
los que me acompañaron en mi infancia,
los que en mi juventud me dieron alas,
y ahora aguardan a que los resuciten
Mis ojos una noche.

Me conocen mejor que yo a ellos,
Son pacientes, tenaces, atrevidos.
Saben de la amistad más que ninguno,
Y tienen siempre la palabra exacta,
Aquella que olvidé, y hoy necesito
Para seguir viviendo y no extraviarme.

Ya empiezo a preguntarme como Borges,
A cuántos no leeré, por que son tantos
Que rebasan mi tiempo.  
Pero estarán conmigo mientras pueda
Ofrecerles cobijo y esperanza,
La esperanza de que serán leídos,
Alguna vez, antes de que me vaya.

  

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