sábado, 23 de abril de 2011

REGRESO AL MAR













¿Qué te impide esta tarde adentrarte en la estela dorada de las aguas
Y buscar las respuestas en su salado lecho fuente de toda vida?
Más que seguir andando por senderos agrestes,
De irte dejando el alma en cada despedida,
Quizá mejor mecerse y acunarse en los brazos
Del que alegró tu infancia con caricias de espuma
Y aún susurra tu nombre cuando te ve en la orilla,
Porque te reconoce, porque entiende tu pena,
Y sabe que tus lágrimas son parte de su esencia,
y lo mismo que antaño las acoge,  conciente,
De que el hijo devuelve lo que el padre le ha dado.
¿Por qué cuando el insomnio se adueña de tus noches,
No aceptas el gran sueño que te ofrecen las aguas,
Y dejas que en su lecho se disuelvan los nombres,
las ilusiones rotas, las vanas esperanzas?
Escucha  a las sirenas que desde lo profundo,
igual que antaño a Ulises, con dulzura te llaman.


1 comentario:

  1. El padre te pide solo con amor, que complementes tus sueños, siempre te acompaña.

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