domingo, 10 de abril de 2011

PARA MI MADRE












Era menuda y bella,
como un pájaro
alegre y laborioso.
Constructora de nidos,
silenciosa
como noche de invierno.
La recuerdo esta tarde
en que su ausencia
se me viene a los ojos.
Me enseñó que en la vida
sólo importa,
ser generoso,
no agachar la frente,
no quejarse,
vivir siempre el presente
sin renunciar a nada
y con respeto.
Jamás alzó la voz.
Nunca tuvo
una palabra agria
entre los labios.
Hizo honor a su nombre,
que venero
como lo más sagrado de mi vida,
Esa santa
–sé que te ruborizas al leerlo-,
se llamó y aún se llama
para mi: Soledad.


4 comentarios:

  1. Su esencia permanece en ti. Muy bella descripción en poema de tan bella mujer

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  2. Sigo diciendo que llegas, tus sentimientos son capaces de introducirse en el espíritu del que lee tus poesias y humanizarnos más.

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  3. Bello poema.
    Como madre, me siento alagada en tus palabras.
    Tus letras, te siguen retratando...juntaletras.
    Besos.

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  4. "Halagada" Siento el desliz. :-(

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