martes, 12 de abril de 2011

EL TELEFONO










Enmudeció el teléfono.
Lo miro y se ve ausente,
Como si presintiera que nadie lo va a usar,
Que está de sobra.
Antes fue intermediario, mensajero, poeta.
Hasta florista, a veces, con sus flores virtuales.
Hoy es un trasto inútil,
Un cómplice forzoso del silencio.
En su fría memoria conserva los mensajes,
Los textos que demuestran que todo no fue un sueño.
Pero también recuerda reproches, despedidas,
Que no grabó, prudente, por no herir a su dueño.
A veces se equivoca, o nos equivocamos,
Al marcar ese número que tanto nos importa,
Pero rectificar a tiempo, ya se sabe,
Es la mayor victoria posible… en la derrota.

  

1 comentario:

  1. En estos tiempos es de primera necesidad, los hijos controlan a los padres ya mayores, que viven solos, los niños son fácilmente localizados, los adolescentes comparten fiestas y actividades, los afectos tienen un amparo, no podrìamos imaginar la vida sin ellos y te habla quien ha perdido 7 aparatos y echado a perder tres-- es triste tu poema, pero hay dos esperanzas: a) no has borrado los mensajes b) cualquier tarde te equivocas y marcas ese nùmero a la perdida... gilda b

    ResponderEliminar