viernes, 18 de septiembre de 2015


Todo lo que ha hecho el Hombre
Desde aquella mañana que se bajó del árbol,
Lo llevo en la memoria, me recorre las venas.
Infinidad de lunas se fueron sucediendo,
Reflejando lo mismo que esta noche contemplo.
Cuánta alegría y dolor acumulados
en la rugosa piel que muda el tiempo;
y esa piel la guardamos plegada en lo más hondo
para que un día nos sirva de sudario.
Ahora somos capaces de ver nacer estrellas,
Y observamos su muerte sin entender la nuestra.
Al río no lo envejece la antigüedad del agua;
La valiosa herramienta no es nada sin la mano.
Aún continuamos siendo los primates de antaño,
Y si algo nos asusta regresamos al árbol.








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