martes, 3 de mayo de 2011

DESAYUNOS













Qué amargos saben hoy los desayunos.
Como el dolor que a diario me alimenta.
Sin aceite ni miel, sólo el pan crudo
De la desilusión, del desengaño.
De ese no es pero pudo haber sido,
que llevo como un clavo en la conciencia.
Y el té de nombre exótico y prohibido,
Que no puedo endulzar, y a sorbos trago,
Mientras me va tragando a mi el olvido.




1 comentario:

  1. Así es el dolor que diario atormenta, amarga lo más dulce que sintamos, Solo al curarse el corazón, permitirá saborear el néctar de la vida.

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