lunes, 14 de enero de 2013

LUCIA


                                                                      







                                               Para Lucia.

Llegó como la lluvia, un día de invierno.
Sin pedir nada a cambio, generosa,
ha ido curando todas mis heridas.
Tierna y fuerte a la vez, mujer y niña,
Supo llegar donde otras no llegaron;
Iluminó mis noches y mis días.
No la arredraron los mil y un peligros
Del tormentoso océano de mi vida.
Se lanzó al agua y, sin guardar la ropa,
Logró cargar conmigo hasta la orilla.
No es mérito el amar a quien nos ama,
Pero sembrar amor donde las llamas
Tornan los tiernos brotes en cenizas
Y hacerlo florecer al fin, es algo,
que sólo conociéndola se explica.
Cómo no amarla si para mí es todo.
¡Cómo no amar la vida!
   

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