viernes, 11 de enero de 2013

AMANECER EN PARIS










Amanece. Del negro al gris y del gris al azul.
Hoy es distinto: Llueve, y el azul se demora,
Oculto tras las nubes no acudirá a la cita.

Bajo mi ventana pasan tres rusas,
¿por qué las rusas visten siempre de gris?
Son jóvenes, hablan, ríen, se cimbran.
Una de ellas me mira. Brillan sus ojos grises
Un segundo. Relucen, y al instante se apagan.
Las otras dos me ignoran: Ahora ella también.

Y el azul que no llega, y la lluvia, y el aire…
¿Qué vio en mí? No vio nada, o quizá demasiado
y por eso, igual que tantas otras, también pasó de largo.



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