viernes, 7 de febrero de 2014

LA CRIPTA













No se ve a nadie, sólo se oyen pasos.
A luz de la luna brilla el mármol.
El viento inclina los altivos cipreses.
La cripta está desierta.
¿Mueren las ilusiones, los sueños, la esperanza?
¿Perece la memoria tras la losa de piedra?
Trepan por las paredes las glicinias.
Los jazmines no entienden de tragedias.
Y el polvo enamorado da sustento
A las rosas dormidas y a la hierba.
Aquí no hay Dios ni fieles, sólo noche,
Y alguien que, a ratos, sueña ser poeta.



3 comentarios:

  1. Poeta, Tomás Delgado Arvelo, leo tu texto con agradecimiento, por ese caudal de memoria en el alma. Un abrazo.

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