domingo, 23 de diciembre de 2018

¿HABRÁ SERVIDO PARA ALGO?

Hoy es día veintiuno de un diciembre sombrío
y en pocas horas llegará el invierno.
Estos sesenta y tres gélidos años
que cumplo con desgana, están vacíos.
Por tanto, ni me alegro ni me apeno,
porque en ellos no hay nada que sea mío.
Guardo en mi corazón viejo y cansado
todos los parabienes recibidos,
que a falta de ilusiones y esperanzas
bueno es querer y ser agradecido.
Perdón si nunca soy como se espera
que debo ser; si ya me he resignado,
bajo un techo de nubes tormentosas,
a andar de la inacción hacia el olvido.

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