miércoles, 16 de agosto de 2017

PENÚLTIMA DECEPCIÓN


Todas las tardes, cuando el sol se pone,
saboreando el veneno de tu ausencia,
dejo a mi corazón suelto y sin riendas
galopar por oscuros callejones.
Las caricias compradas y los lechos
donde el amor no anida, me quebrantan
mi escasa fe, y el humo sube al techo
tras haberme abrasado la garganta.
Cansado ya de tantas decepciones
que revierten en mí como puñales,
busco en la mugre de los arrabales,
para olvidar al tuyo: corazones,.

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