El horizonte atrapa mis pupilas en su promesa azul,
Y un viento de esperanza de nuevo hincha las velas de mi
vida.
El futuro me pone una página en blanco entre las manos,
Pero antes de escribir en ella, exige, cerrar a cal y canto
la memoria.
Sé lo que dejo atrás, lo sé y lo añoro.
Será la última vez que lo recuerde antes de hundir mi daga
en su costado.
Quién asesina al sueño, no volverá a soñar.
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