Me resisto a creer,
Pues cuando crea definitivamente en algo o en alguien,
¿ya para qué seguir?
No me seduce nada la vida de creyente.
Mientras dudo, pervivo y me intereso
Por el mundo y su gente cada día.
En mí inseguridad me desenvuelvo
Como agua sin pez, sin temores ni prisas,
Porque aún me queda tiempo para creérmelo todo.
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