Poemas de un tal Tomás Delgado Arbelo
martes, 3 de junio de 2014
Bendito sea ese árbol frondoso en el que anidas,
Desde el que me regalas cantando el corazón.
Me cala en lo más hondo tu vieja melodía,
Mientras por la ventana de la estancia sombría,
Se abre paso impaciente la mirada del sol.
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