Esta vez, aunque me tenga que encadenar el alma, no seré yo
quien dé el primer paso.
Esta vez, aunque necesite amordazarme el corazón -que aún
grita tu nombre- no seré yo quien diga lo que tanto necesitamos oír.
Esta vez, no rondaré tu ventana, bajo la lluvia, durante
toda una noche.
Esta vez, no agotaré la batería del teléfono tratando en
vano de hablar contigo.
Esta vez, no volaré a tu encuentro intentando salvar lo que nunca
valoraste.
Esta vez, tendrás que ser tú la que me pidas que vuelva.
Por eso esta vez, amor mío, sé que estamos perdidos.
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