Paso a paso, día a día, te me vas yendo.
Es un modo de hablar, porque alejarte
significa que ya no estás afuera,
no que yo pierda a la que llevo dentro.
Sin tus ojos las noches son oscuras,
y es gélido el verano sin tu cuerpo,
pero hay brasas de amor en mi memoria,
y luces de miradas que son soles
brillando en las tinieblas de este infierno.
Nuestro vergel, que prometía dar frutos,
es ahora un triste páramo desierto.
Pero bajo la arena y las cenizas,
no se ha secado el río de la esperanza,
y multitud de besos y caricias
aguardan, cual semillas,
tu regreso.
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