Un alma malherida es algo serio,
Un cataclismo cósmico que daña
Y hace temblar a todo el universo.
Si una modesta mariposa puede
Provocar huracanes con sus alas,
Qué no hará la que a imagen
De su dios fue creada.
Siendo inmortal, el alma,
Cautiva en la prisión de carne y tiempo
En la que acaba siempre confinada,
Sufre la cruel condena
De padecer las mismas angustias y zozobras
Eternamente. Mas, si se revela:
¡Ay de quienes la hirieron con sus dardos!
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