Digan de mí que no he vivido en vano;
Que amé cuanto es posible amar,
Sin egoísmos, mentiras ni chantajes.
Digan de mí que he visto mil auroras,
Diez mil atardeceres, y que he hablado,
Noche tras noche, a solas con la luna.
Digan que ni fui bueno ni fui malo;
Que pocas veces me sonrió la suerte;
Y que correspondí a lo que me dieron,
Por más que hay deudas que jamás se pagan.
Digan que fui feliz (que no sea cierto
Carece de importancia; al menos lo intenté).
Que he sido amigo de mis amigos, siempre.
Que para ser yo mismo renuncié a tantas cosas,
Y en algunos momentos de mi azarosa vida,
(Para asombro de muchos) por desgracia, lo fui.
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