Se eclipsaron las lunas en mi memoria;
El tiempo perezoso desgrana las ausencias,
Y se quiebran mis sueños como copas vacías.
Cuando llegue el momento acudiré a la cita
Con poco que legarles a los que me olvidaron,
Si acaso, los silencios que he atesorado en vida.
No hay excusas ni ganas de desandar lo andado,
De arar en pedregales y malgastar semillas.
De hacer lo que no hice porque no me dejaron,
O no pude o no supe ser otro que yo mismo.
Reconocí mi culpa; Nadie me ha condenado.
Si ya nada les pido no me pidan milagros.
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